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Ayudas para Leer el Libro de Mormón

La Presidencia de Área, el día 12 de Octubre redacto un Mensaje para todo Miembro en México titulado Re-Dedicación al Señor y en el Textualmente diciendo…

“Les invitamos a estudiar las escrituras, como familia e individualmente, cada día hasta que llegue a ser un hábito. También les invitamos a empezar a leer el Libro de Mormón y terminarlo antes de la conferencia general en Abril del 2010. Al lograrlo, el espíritu de ese libro penetrará sus corazones y sus hogares y gozarán de mayor paz, amor, y tranquilidad. Sus hogares serán un refugio de las tentaciones y los peligros del mundo.”

Esperamos que estas imagen (que pueden imprimir sin restricciones) pueda ser utilizada en su Estudio Personal y/o en la Lectura Familiar en sus Hogares.

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Libro de Mormón - Lectura

He leido el LdeM

Atte.

Presidencia de Estaca

El Templo que Construyo Nefi


Gracias al hermano Jorge Albarrán Riquelme que nos permite publicar algunas de sus traducciones de artículos sobre el Libro de Mormón, felicitaciones hermano por su edificante pagina y es un gran aporte a enseñar el evangelio y mostrar la verdad al mundo, en forma especial le instamos a que continúe con su trabajo y esperamos que podamos disfrutar pronto una nueva traducción relacionada con el Libro de Mormón y sus Evidencias.

Traducción Libre por Jorge Albarrán Riquelme

www.mistraduccionessud.es.tl/

¿Por qué se construyó el Templo Nefita según el modelo del templo de Salomón con menos materiales preciosos si éstos parecían abundar en América?

La clave puede hallarse en la diferencia que Nefi parece hacer entre "minerales preciosos" y "materiales preciosos". La definición de "materiales preciosos" abarca mucho más que sólo "minerales preciosos". Dicho de otro modo, Nefi no construyó su templo con exactamente todos los "materiales preciosos" originalmente usados en el templo de Salomón simplemente porque no se hallaban en América ni había la forma de importarlos en aquella época.

No obstante Nefi declara que la obra de su construcción "era sumamente hermosa" (2 Nefi 5: 16). Lo que un erudito SUD - John L. Sorenson- sugiere, es que Nefi construyó su templo en forma similar al del templo de Salomón en el sentido que hizo una réplica proporcional de sus medidas.

En su libro An Ancient American Setting for The Book of Mormon (Un Contexto Americano para el Libro de Mormón), Sorenson nos explica:"Su primer templo (Nefita) se construyó ‘según el modelo del templo de Salomón’ (2 Nefi 5:16), una estructura que Nefi había visto muchas veces en Jerusalén ya que esta antigua construcción todavía se erguía cuando Lehí y su familia dejaron la tierra de Judá.

¿Cómo se construyó este templo americano?

Diferente a los modelos del viejo mundo en cuanto a los detalles, según nos asegura Nefi (2 Nefi 5:16). Los Nefitas usaron diferentes materiales por lo que las técnicas de construcción no podrían haber sido (exactamente) las mismas que se usaron para construir el modelo palestino. Por esto cuando Nefi dijo que la "manera de su construcción" fue semejante a la del templo de Jerusalén, el no podría haber querido expresar otra cosa más que el patrón general era similar.

¿Cuál fue este patrón y cuál era su función?

"El templo de Salomón se construyó sobre una plataforma de tal manera que la gente literalmente "subía" al templo. En su interior habían variados salones que diferían en su grado de santidad. Alrededor del templo había una especie de patio o plaza rodeada por una muralla.

Los sacrificios se hacía dentro de esta área, en los altares a los que se ascendía por medio de escalones. Estos diversos niveles de las estructuras de los altares escalonados o en forma de terraza representaban los diferentes niveles del universo según lo concebían los israelitas y otros pueblos del Cercano Oriente.

El edificio del templo estaba orientado de tal forma que los rayos del sol (considerados "la Gloria del Señor") del amanecer del equinoccio (ya sea el 21 de marzo o el 21 de septiembre) entraban exactamente a través de sus puertas, las que se habían abierto para tal ocasión, e iluminaban directamente su parte más sagrada. Estas mismas características caracterizaban generalmente la construcción de los templos mesoamericanos.

La parte más sagrada del edificio, considerada el templo mismo, era por lo general de un tamaño modesto mientras que el área del patio o plaza se le daba una mayor amplitud. Torquemada, un antiguo sacerdote español en el nuevo mundo comparó los planos de los templos mexicanos con los del templo de Salomón y un experto moderno concuerda (con sus similitudes)." (Traducción Libre no oficial, Jorge Albarrán R.)

La importancia histórica dentro de la historia religiosa de Israel es que el templo de Salomón fue el primer templo fijo que se construyó en la nación luego del tabernáculo portátil. El Señor bendijo a Israel con una tierra propia para que se estableciera físicamente como nación y el templo sería su corona ubicada en la capital, Jerusalén, la ciudad Santa.

El Señor reveló las medidas exactas del templo a Salomón y no se escatimaron esfuerzos para construir un templo con los mejores "materiales preciosos" que habían disponibles en aquel entonces.

Esto no sólo incluía a los "minerales preciosos" como el oro sino la mejor madera disponible como los cedros que importó del rey Jirán de Tiro y las piedras preciosas que el rey Salomón cambiaba por el cobre, su principal producto de exportación.

Además Salomón importó mano de obra para la elaborada construcción del templo, incluyendo los costosos objetos y ornamentos metálicos en su interior por los cuales el templo de Salomón llegó a ser tan famoso (Commentary on Book of Mormon by George Reynolds and Janne M. Sjodahl).

No es de extrañar entonces que el templo de Salomón haya influido como modelo para las colonias judías que llegaron a América como en el caso de la colonia nefita.

Pero no era absolutamente necesario que se construyeran réplicas exactamente iguales en cuanto a los materiales y las técnicas de construcción usadas sino que se replicaran sus funciones bajo la autoridad del sacerdocio y allí morara "la gloria de Jehová", es decir, el sello de aprobación divina sobre el sagrado edificio construido bajo revelación.

Dos eruditos SUD del evangelio, George Reynolds and Janne M. Sjodahl, señalaron al respecto:"Nefi sí construyó un templo. Se construyó según el modelo del templo de Salomón. Así también lo hizo el judío Onías en Egipto (Antiguedades de Los Judíos, p. 461, Boston, 1849) Sólo que estos templos, eran por necesidad, más pequeños y menos costosos (cursiva añadida).

Uno no puede menos que evocar la acelerada construcción de nuevos templos más pequeños y menos costosos en esta última dispensación bajo la dirección del Pdte Hinckley y que sus funciones son idénticas a los antiguos y más costosos templos.

Podrán haber algunas variaciones en los detalles pero su esencia, poder y autoridad es la misma. Un templo es La Casa del Señor, donde sus hijos pueden venir con gozo a recibir las ordenanzas exaltadoras para ellos y sus familias por tiempo y eternidad.

Tal como los hnos Reynolds y Sjodahl lo han expresado:"La construcción de templos según el modelo divino es el agente civilizador más grande de todos. Es el arte de las artes. No solamente la arquitectura sino que todas las otras artes –la escultura, la pintura, la música, la poesía, etc. son sus siervos más humildes.

Dondequiera que el Señor tiene un templo, tiene un palacio, una morada suya. Y donde El mora hay una porción de cielo, asistido por las huestes gloriosas...alabándolo contínuamente con canciones de gozo eterno." (Commentary on Book of Mormon, de George Reynolds and Janne M. Sjodahl, Deseret Book, 1976).

Fuente:http://evidencias-ellibrodemormon.blogspot.com/2008_07_01_archive.html

El Libro de Mormón nos ayuda a entender la Biblia

John A. Tvedtnes

Provo, Utah: Maxwell Institute

The views expressed in this article are the views of the author and do not represent the position of the Maxwell Institute, Brigham Young University, or The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints.

Traducido por María Estrella La Font Díaz

Uno de los propósitos del Libro de Mormón es prestar apoyo a la Biblia. Unos cuatro siglos después de la visita de Jesucristo a los nefitas en el Nuevo Mundo, Mormón escribió: "Porque he aquí, se escriben éstos [estos anales, es decir, el Libro de Mormón] con el fin de que creáis en aquéllos [aquellos anales, es decir, la Biblia]; y si creéis en aquéllos, también creeréis en éstos [...]" (Mormón 7: 9).

En el presente artículo examinaremos algunas de las formas en que el Libro de Mormón nos ayuda a entender la Biblia.

Jesús es el Hijo de DiosLa primera forma en que el Libro de Mormón apoya a la Biblia es testificando que la declaración que se halla en la misma de que Jesús es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo es correcta. Nefi, quien había llegado de Jerusalén a las Américas seis siglos antes de Cristo, escribió que "según las palabras de los profetas, el Mesías viene seiscientos años a partir de la ocasión en que mi padre salió de Jerusalén; y según las palabras de los profetas, y también la palabra del ángel de Dios, su nombre será Jesucristo, el Hijo de Dios" (2 Nefi 25: 19).
Más de cuatro siglos después, uno de los descendientes de Nefi, un rey llamado Benjamín, profetizó en cuanto a la venida del Salvador: "Y se llamará Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre del cielo y de la tierra, el Creador de todas las cosas desde el principio; y su madre se llamará María" (Mosíah 3: 8). Alma, un profeta de la siguiente generación, también declaró que "el Hijo de Dios viene sobre la faz de la tierra. Y he aquí, nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados, y siendo ella virgen, un vaso precioso y escogido, a quien se hará sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo, dará a luz un hijo, sí, aun el Hijo de Dios" (Alma 7: 9-10). Cuatro siglos después que Cristo viniera a enseñar a los nefitas, Mormón escribió: "Sabed que debéis llegar al conocimiento de vuestros padres, y a arrepentiros de todos vuestros pecados e iniquidades, y creer en Jesucristo, que él es el Hijo de Dios" (Mormón 7: 5).

El Libro de Mormón deja claro que la profecía del siervo de Dios, que se encuentra en Isaías 53, se refiere a Jesucristo (ver Mosíah 14-15). También nos dice que cuando Abraham fue "obediente a los mandamientos de Dios al ofrecer a su hijo Isaac", esto era "una semejanza de Dios y de su Hijo Unigénito" (Jacob 4: 5).

Profetas que no se mencionan en la BibliaEl profeta Helamán, del Libro de Mormón, escribió que "todos los santos profetas" de los tiempos antiguos habían testificado que Cristo vendría (Helamán 8: 16). Menciona a los profetas bíblicos Abraham, Moisés, Isaías y Jeremías, y también a otros profetas llamados Zenós, Zenoc, Neum (Helamán 8: 17-20). Hay varios pasajes en la Biblia que mencionan a profetas cuyos escritos se perdieron en la antigüedad (1 Crónicas 29: 29; 2 Crónicas 9: 29; 12: 15; 13: 22; 20: 34; 26: 22; 33: 18-19). Gracias al Libro de Mormón, sabemos que hubo otros profetas cuyos escritos ya no existen. Esto concuerda con lo que dicen algunos de los primeros Padres de la Iglesia de los primeros siglos después de Cristo, tales como Eusebio, Agustín, Irineo, Clemente de Alejandría y Justino Mártir, quienes a veces citaron libros proféticos que ya no aparecen en nuestra Biblia moderna.

Las "otras ovejas" de JesúsMientras se encontraba en Jerusalén, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo soy el buen pastor, y conozco a mis ovejas, y las mías me conocen" (Juan 10: 14). Asimismo declaró: "También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor" (Juan 10: 16). El Libro de Mormón nos informa que estas otras ovejas fueron los nefitas, cuyos antepasados habían llegado de Jerusalén seiscientos años antes de Cristo. Cuando se apareció a los nefitas tras su resurrección, Jesús les dijo: "Y de cierto os digo que vosotros sois aquellos de quienes dije: Tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo yo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un pastor" (3 Nefi 15: 21).
El Sermón del monteUno de los sermones más conocidos de Cristo, el Sermón del monte, se encuentra en Mateo, capítulos 5-7. Según el Libro de Mormón, dio este mismo mensaje a los nefitas en el Nuevo Mundo, si bien con unos pocos cambios (ver 3 Nefi, capítulos 12-14). Estos cambios nos proporcionan una mejor comprensión del significado de sus enseñanzas. Uno de ellos se encuentra en las bienaventuranzas. En Mateo 5: 6, Cristo dice a sus discípulos: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados". La versión del Libro de Mormón dice: "porque ellos serán llenos del Espíritu Santo".

Tras efectuar algunas advertencias sobre las tentaciones sexuales en Mateo 5: 27-28, los versículos 29-30 contienen unas declaraciones enigmáticas, según las que uno debe 'sacarse el ojo derecho' o 'cortarse la mano derecha' si le son ocasión de caer. Estas expresiones pueden haber sido idiomáticas o simbólicas y así haber tenido un sentido específico para los que escuchaban a Jesús, pero no son fácilmente inteligibles hoy en día. De manera similar, estas expresiones probablemente no habrían tenido mucho significado para los nefitas que vivían al otro lado del mundo. En el Libro de Mormón, Cristo dijo algo diferente: "He aquí, os doy el mandamiento de que no permitáis que ninguna de estas cosas [tentaciones] entre en vuestro corazón, porque mejor es que os privéis de estas cosas, tomando así vuestra cruz, que ser arrojados en el infierno" (3 Nefi 12: 29-30). Así, aprendemos que Cristo estaba enseñando que deberíamos resistir las malas tentaciones.

En Mateo 6: 25-34, Cristo manifiesta no estar preocupado por qué comer, qué vestir o dónde cobijarse. Éste es un consejo extraño para las madres y padres que tienen que cuidar no sólo de sí mismos, sino también de sus hijos. ¿Quería realmente el Salvador decir que no debemos salir a buscar trabajo y procurar por las necesidades de la vida? De nuevo, el Libro de Mormón clarifica esta situación al explicar que Jesús dirigió estas palabras en específico a un grupo selecto de doce discípulos, a quienes iba a enviar a predicar el evangelio (ver 3 Nefi 13: 25-54). A la luz de esto, es probable que las palabras del capítulo 6 de Mateo estuvieran sólo dirigidas a los doce apóstoles, no a todos los seguidores de Cristo. Era mientras viajaban al servicio de Dios cuando los doce no debían preocuparse por los asuntos mundanos, sino por edificar el reino de Dios1.

Textos de IsaíasEl Libro de Mormón contiene casi 500 versículos citados del profeta bíblico Isaías. Unos 70 de éstos son paráfrasis; del resto, la mitad coincide con el texto bíblico y la otra mitad contiene variantes. Mientras que algunas de estas diferencias son insignificantes, hay 234 que mejoran nuestra comprensión de la Biblia. Muchas de éstas encuentran apoyo en diversos manuscritos hebreos de la Biblia (incluyendo los Rollos del Mar Muerto) o en traducciones muy tempranas de la misma, como es el caso de la Septuaginta, que es una versión en griego del Antiguo Testamento elaborada en el siglo II antes de Cristo.

Por ejemplo, Isaías 2: 16 contiene las palabras "y sobre todas las naves de Tarsis", mientras que el Libro de Mormón, al citar este pasaje, dice "y sobre todos los barcos del mar, y sobre toda nave de Tarsis" (2 Nefi 12: 16). La porción adicional no se encuentra en el texto hebreo de Isaías. Pero en la Septuaginta leemos: "y sobre todo barco del mar" en vez de "y sobre todas las naves de Tarsis". El Libro de Mormón preserva la lectura tanto del texto hebreo como del griego, lo que sugiere que el hebreo podría haber perdido una porción mientras que el griego habría perdido la otra. Las dos juntas forman un paralelismo, figura poética que abunda en la Biblia y, de forma muy especial, en los escritos del profeta Isaías.

Cuando en 2 Nefi 23: 22 se cita Isaías 12: 22, añade la siguiente frase al final del versículo: "Pues la destruiré prestamente; sí, porque tendré compasión de mi pueblo, mas los impíos perecerán". Las diferentes versiones prestan parcialmente apoyo a la adición del Libro de Mormón. La Septuaginta añade "será hecho rápidamente, y no con retraso", mientras que uno de los Rollos del Mar Muerto (1QIsa) añade "más (todavía, aún)". Es posible que esta pérdida en el texto hebreo común se produjera debido a un proceso que se conoce como haplografía. El trozo que se añade en el pasaje del Libro de Mormón probablemente comenzaba con la palabra hebrea KY, "pues", que casualmente es la palabra con la que se inicia el siguiente versículo (Isaías 14: 1 = 2 Nefi 24: 1). Es evidente que alguno de los primeros copistas del texto en hebreo saltó inadvertidamente con la vista de la primera aparición de esta palabra a la segunda, omitiendo así todo el pasaje, que sí que se mantuvo en la versión del Libro de Mormón. Además, Isaías 14: 1 no constituye una continuación lógica de Isaías 13: 22, a no ser que intervenga el trozo añadido por el Libro de Mormón, que introduce el tema de la misericordia de Dios hacia Israel.

Hay otros muchos ejemplos de variantes de este tipo en el texto de Isaías que se clarifican por medio de las citas de Isaías del Libro de Mormón, pero éstos serán suficientes para demostrar que a veces se puede usar un texto antiguo de escritura para ayudar a comprender otro texto2.

Leyes mayores y menoresEl apóstol Pablo escribió a los Gálatas: "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa" (Gálatas 3: 19). Esto sugiere que la ley de Moisés fue superpuesta por encima de algo distinto que los israelitas habían recibido de Dios, probablemente algo que era parte de una ley mayor. Debido a que los diez mandamientos se citan con autoridad como la palabra de Dios en el Antiguo y el Nuevo Testamento, así como en el Libro de Mormón, deben ser parte de la ley mayor que permaneció incluso bajo el convenio hecho en Sinaí. Por tanto, no constituirían parte del "acta de los decretos", que, como dijo Pablo, Cristo quitó "de en medio [...] clavándola en la cruz" (Colosenses 2: 14).

Cristo dijo a los nefitas: "en mí se ha cumplido la ley de Moisés" (3 Nefi 9: 17; véase también 3 Nefi 12: 18-19, 46; 15: 4-5, 8). Pero, al parecer, estaba sugiriendo que sólo se había cumplido la parte menor de dicha ley cuando dijo: "He aquí, tenéis los mandamientos ante vosotros, y la ley se ha cumplido" (3 Nefi 12: 19). El profeta Abinadí, del Libro de Mormón, si bien señaló que la salvación no viene por la ley de Moisés, no obstante, indicó que era importante guardar los mandamientos que eran parte de dicha ley (Mosíah 12: 31-33; 13: 27-30; ver también Alma 25: 16).

Para entender esta cuestión, debemos señalar que la ley de Moisés comprendía tres divisiones: los mandamientos (que a veces se denominaban "ley" o "testimonios"), los estatutos (que a veces se denominaban "ordenanzas"), y los juicios3. Estas mismas tres divisiones de la ley aparecen en el Libro de Mormón, donde en ocasiones se utiliza la palabra "prácticas" por "juicios"4. Gracias a algunos pasajes del Libro de Mormón (Alma 30:3; 2 Nefi 25: 24-25, 30; 4 Nefi 1:12), sabemos que eran los estatutos y juicios (u ordenanzas y prácticas) los que iban a ser eliminados con Cristo, mientras que los mandamientos permanecerían como parte de la ley mayor que Cristo reveló durante su ministerio. Así, el Libro de Mormón explica qué parte de la ley de Moisés es la que se añadió, como dice Pablo, a causa de que los israelitas pecaron.

ConclusionesA partir de las cuestiones que hemos tratado, puede verse que el Libro de Mormón presta apoyo a la Biblia y nos ayuda a entender algunos pasajes difíciles de ésta. Debido a la brevedad de este artículo, sólo hemos podido prestar atención a unos pocos de dichos pasajes.

El Libro de Mormón también señala que la Biblia no es el único volumen de escrituras inspirado por Dios. A través del profeta Nefi, el Señor nos habló en estos últimos días: "Así que no por tener una Biblia, debéis suponer que contiene todas mis palabras; ni tampoco debéis suponer que no he hecho escribir otras más" (2 Nefi 29: 10). El Libro de Mormón es uno de los otros libros que Dios nos ha dado para ayudarnos a entender su voluntad.

Notas:
1.- Para un estudio exhaustivo de los sermones de Jesús en el Viejo y el Nuevo Mundo, véase John W. Welch, The Sermon at the Temple and the Sermon on the Mount (Salt Lake City: Deseret and Foundation for Ancient Research and Mormon Studies, 1990).

2.- Para un estudio extenso, véase John A. Tvedtnes, "Isaiah Variants in the Book of Mormon" (Provo, Utah: Foundation for Ancient Research and Mormon Studies; report No. TV-81, 1983). Para un artículo breve sobre el tema, véase John A. Tvedtnes, "Isaiah Variants in the Book of Mormon," en Monte S. Nyman (ed.), Isaiah and the Prophets (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young Univ., en cooperación con Bookcraft, Inc., Salt Lake City, 1984), 164-177.

3.- En la Biblia, véase Deuteronomio 4:1-2, 13-14; 5:28; 6:20; 26:17; 28:45; 2 Reyes 17:34, 37; 2 Crónicas 19:10; 29:19; 33:8; 34:31; Nehemías 9:13-14; 10:30; Jeremías 32:11.

4.-1 Nefi 17:22; 2 Nefi 5:10; 25:25, 30; Mosíah 6:6; Alma 8:17; 25:14-15; 31:9-10; 58:40; Helamán 3:20; 15:5; 4 Nefi 1:12.

El Libro de Mormón: Otro testamento de Jesucristo

John A. Tvedtnes

Provo, Utah: Maxwell Institute
The views expressed in this article are the views of the author and do not represent the position of the Maxwell Institute, Brigham Young University, or The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints.

Traducido por Estrella La Font Díaz


Uno de los libros más populares del mundo, después de la Biblia, es el Libro de Mormón. Desde que saliera a la luz, por vez primera, en 1830, se han publicado unos 78 millones de ejemplares en 94 idiomas; tan sólo en 1997 se distribuyeron más de cuatro millones de ejemplares.

La historia del Libro de Mormón comenzó en la primavera de 1820, cuando un muchacho estadounidense de catorce años llamado José Smith fue a orar a un bosque que se encontraba cerca de la granja de su familia, en el estado de Nueva York, en Estados Unidos. Él explicó cómo Dios el Padre y su hijo Jesucristo se le aparecieron y dieron respuesta a las preguntas que tenía en lo tocante al tema de la religión. Este fue el principio de su llamamiento como profeta contemporáneo.

Tres años después, se encontraba de nuevo orando cuando recibió la visita de un ángel que le dijo que se llamaba Moroni. "Dijo que se hallaba depositado un libro," escribió José Smith más adelante, "escrito sobre planchas de oro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de este continente [americano], así como del origen de su procedencia. También declaró que en él se encontraba la plenitud del evangelio eterno el cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes. (José Smith-Historia 1:34)

Se le dijo que las planchas de oro estaban escritas en egipcio reformado y que las habían escondido y enterrado en la ladera de una colina que se encontraba cerca del hogar de José, en una caja cuadrada de piedra cubierta por otra piedra redonda más grande. Con el registro se encontraba un antiguo pectoral que contenía dos piedras llamadas Urim y Tumim, que el Señor había preparado para ayudar a José Smith a traducir el antiguo registro. (En la época de la Biblia, los israelitas recibían revelación de Dios mediante el Urim y el Tumim, que el sumo sacerdote llevaba sujetos a un pectoral; cf. Éxodo 28:30. Números 27:21).

Los escritos que se encontraban en las planchas de oro narraban la historia de un antiguo profeta israelita llamado Lehi, que vivió en Jerusalén seiscientos años antes de Cristo. Dios avisó a Lehi de que se aproximaba la destrucción de la ciudad a manos de los babilonios y le dijo que se marchara con su familia y algunos amigos.

Vivieron en tierras deshabitadas por las que viajaron durante ocho años. Cuando llegaron al mar, probablemente en la costa sur de la Península Arábica, el Señor les mandó que construyeran un barco en el cual navegaron hasta las Américas. La mayor parte de los estudiosos que aceptan el Libro de Mormón creen que ellos y sus descendientes habitaron principalmente en lo que actualmente es el sur de México y Guatemala.

Una vez en el Nuevo Mundo, este grupo no tardó mucho en dividirse en dos naciones: una de ellas se llamó nefita, en honor del nombre de Nefi, uno de los hijos de Lehi; la otra se denominó lamanita, por ser seguidores de Lamán, hermano de Nefi. Durante los siglos posteriores se produjeron muchas disputas entre ambas naciones. La mayor parte del tiempo los nefitas fueron justos y escucharon a una serie de profetas que predijeron la venida de Cristo y que explicaron detalladamente la Expiación que Él llevaría a cabo. Durante la mayor parte de su historia, los lamanitas no creyeron en Cristo, mientras que los nefitas guardaron por escrito su historia y sus creencias religiosas. El Libro de Mormón contiene un compendio de dichos escritos. Es debido a sus comentarios doctrinales acerca de la Expiación de Jesucristo por lo que se dice que el Libro de Mormón contiene "la plenitud del evangelio" (José Smith-Historia 1:34; Doctrina y Convenios 20:9; 27:5; 42:12; 135:3).

De las muchas historias de las que habla el Libro de Mormón, la más importante trata de cómo Cristo se apareció a su pueblo del continente americano después de su resurrección y ascensión a los cielos. Les enseñó los mismos principios que había enseñado a sus discípulos judíos del Viejo Mundo y organizó la iglesia entre ellos, eligiendo a doce discípulos, los cuales, según Él dijo, iban a ser juzgados, en los últimos días, por los doce apóstoles que Él había elegido durante su ministerio mortal en Tierra Santa. Aún antes de volver a su Padre, Jesús continuó revelando sus deseos a los discípulos nefitas. A su visita le siguió una era de paz durante la cual nefitas y lamanitas vivieron unos doscientos años como un solo pueblo.

Finalmente, la paz se vio quebrantada por el pecado y antes del cuarto siglo después de Cristo, volvieron a producirse nuevas guerras entre las dos naciones. Sabiendo que su pueblo iba a ser destruido pronto por los lamanitas, un profeta nefita llamado Mormón preparó un compendio de los anales sagrados de su pueblo y los dejó en las manos de su hijo Moroni para que los enterrara en un lugar donde Dios los preservaría hasta que otro profeta fuera llamado para traducirlos. Este era el mismo Moroni que, como ángel de Dios, se le apareció a José Smith 1.400 años después.

Los profetas que guardaron los anales que luego se convertirían en el Libro de Mormón testificaban de Cristo tanto antes como después de su venida. El primero de ellos, Nefi, escribió: "Y ahora bien, mis amados hermanos, y también vosotros los judíos y todos los extremos de la tierra, escuchad estas palabras y creed en Cristo; y si no creéis estas palabras, creed en Cristo. Y si creéis en Cristo, creeréis en estas palabras, porque son las palabras de Cristo, y él me las ha dado, y enseñan a todos los hombres que deben hacer lo bueno" (2 Nefi 33:10). Cien años después, en su prefacio, Mormón escribió que el propósito de este libro era "convencer al judío y al gentil de que Jesús es el Cristo, el eterno Dios, que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones." Por esta razón en 1987, se le dio al Libro de Mormón el subtítulo de "Otro Testamento de Jesucristo."

Las planchas de las que se tradujo el Libro de Mormón fueron devueltas al ángel antes de que se publicara la traducción en inglés. Pero varias personas más las vieron y las tocaron. Entre estas personas hubo tres testigos, Oliverio Cowdery, David Whitmer y Martín Harris, que dieron testimonio de que el ángel Moroni les había enseñado las planchas y el pectoral con el Urim y el Tumim; testificaron que el ángel había pasado las hojas una a una para que pudieran ver los grabados que había en ellas; también declararon que habían oído la voz de Dios, proveniente del cielo, que les dijo que la traducción del registro era correcta. En otra ocasión, José Smith llevó a un grupo de otros ocho hombres al bosque, donde les enseñó las planchas y les permitió cogerlas y pasar las páginas. Todos estos hombres hicieron un relato escrito de sus experiencias, que aparece al comienzo del Libro de Mormón. Aunque, más tarde, algunos de ellos se alejaron de José Smith y ya no le apoyaron más, nunca negaron su testimonio, y muchos de ellos continuaron reafirmándolo hasta su muerte.

Durante el transcurso de la traducción del Libro de Mormón, José Smith y su escriba, Oliverio Cowdery, oraron en cuanto a algunas de las cosas que encontraron en el texto, como por ejemplo la necesidad de un bautismo realizado por la autoridad apropiada del sacerdocio. A José se le había dicho, en su visión de 1820, que esta autoridad se había perdido en la tierra, pero que sería restaurada en un futuro próximo. El 15 de Mayo de 1829, cuando estaban orando en el bosque, al lado del río Susquehanna, cerca de Harmony, Pennsylvania, José y Oliverio recibieron la visita de Juan el Bautista, ahora resucitado, quien había bautizado a Cristo unos dieciocho siglos antes. Juan puso sus manos sobre sus cabezas y les ordenó al Sacerdocio Aarónico, confiriéndoles así autoridad para bautizar. En el transcurso de algunas semanas después de este suceso, tres apóstoles de la antigüedad, Pedro, Santiago y Juan, vinieron y ordenaron a los jóvenes al Sacerdocio de Melquisedec, lo que les daba autoridad para imponer las manos y otorgar el don del Espíritu Santo, así como para volver a organizar la Iglesia de la antigüedad.

El seis de abril de 1830, se organizó oficialmente la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Fayette, Nueva York, reconociéndose a José Smith como profeta de Dios. Durante los años siguientes la iglesia creció y se restauraron varios oficios del sacerdocio; entre éstos se incluían los de apóstol, setenta, patriarca, obispo, élder, presbítero, maestro y diácono, todos los cuales se conocían en la antigua Iglesia Cristiana.

A partir de este pequeño comienzo, la Iglesia ha crecido hasta tener más de diez millones de miembros en más de 200 países. Casi la mitad de ellos se encuentran en América Latina y en las naciones que bordean al Océano Pacífico. Una cuarta parte de los miembros de la Iglesia son de habla hispana y se espera que, con el rápido crecimiento en la América Latina, el español llegará a ser algún día la lengua fundamental de la Iglesia. El portugués, el tercer idioma más utilizado entre los Santos de los Últimos Días, sólo se habla por uno de cada diecisiete miembros.

Frecuentemente a los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se les llama incorrectamente "mormones" porque creen en el Libro de Mormón; pero son seguidores de Jesucristo, no de Mormón que fue un siervo de Cristo. Aceptan tanto la Biblia como el Libro de Mormón, pero también creen en la revelación moderna. El octavo artículo de fe de la iglesia declara: "Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde este traducida correctamente: también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios." El noveno artículo declara: "Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela y creemos que aún revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios."

Durante los próximos meses, examinaremos algunos de los contenidos del Libro de Mormón y los compararemos con lo que se conoce de la Biblia y con los descubrimientos históricos y arqueológicos que se han producido desde la época de José Smith. Comenzaremos viendo cómo el Libro de Mormón nos ayuda a entender la Biblia como registro histórico y como la palabra de Dios. Después de esto, estudiaremos el origen del Libro de Mormón, que compararemos con el de otros documentos antiguos que han sido descubiertos a lo largo del último siglo, como es el caso de los rollos de pergamino del Mar Muerto. Después examinaremos varios aspectos de las investigaciones actuales que se están haciendo sobre el Libro de Mormón, incluyendo sus orígenes lingüísticos y su relación con el antiguo Israel.

Nota biográficaJohn A. Tvedtnes es director jefe de proyectos de la Fundación para la Investigación de la Antigüedad y de Estudios Mormones, que se encuentra en Provo, Utah, Estados Unidos. Ha estudiado en la Universidad de Utah, la Universidad de Brigham Young, la Universidad de California (Berkeley) y la Universidad Judía de Jerusalén. Es licenciado en Antropología, y posee otros títulos universitarios en estudios del Oriente Medio y en lingüística; actualmente se encuentra terminado su trabajo de cara a la obtención del título de doctor en egipcio y lenguas semíticas. Nacido en Estados Unidos, el señor Tvedtnes también ha vivido en Suiza (un año), en Francia (un año y medio) y en Israel (ocho años y medio). Ha escrito cuatro libros y alrededor de 120 artículos; lleva diecisiete años ejerciendo la docencia universitaria en Israel y Estados Unidos.

El libro de Mormón - Mp3

Enseñanzas del Profeta José Smith